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El espléndido Mosteiro dos Jerónimos se alza orgulloso como uno de los edificios religiosos más importantes de Lisboa, ejemplo de la opulencia y el poder del Portugal del siglo XVI.
Este sitio se relaciona históricamente con los primeros marineros y exploradores de Portugal. Aquí pasaron noches en vela Vasco de Gama y Pedro Álvares Cabral antes de emprender sus épicas travesías oceánicas a la India y por África.
Posteriormente, las increíbles fortunas amasadas gracias al comercio de especias y oro financiaron la construcción del poderoso Mosteiro dos Jerónimos, que pasó de ser una sencilla capilla con una ermita (la Ermita de Resteleo) a uno de los espacios religiosos más impresionantes de Portugal.
La construcción duró más de un siglo, coincidiendo con el zénit de la arquitectura de estilo manuelino (gótico tardano de Portugal). En la iglesia y el claustro, descubrirás intricados tallados de piedra y flamantes detalles arquitectónicos, así como las tumbas de reyes y célebres exploradores portugueses.
El Mosteiro dos Jerónimos es un vasto complejo formado por tres secciones distintas: la Igreja de Santa María, los claustros y el ala oeste, que acoge el Museo de Marinha y el Museu Nacional de Arquelogia.
La iglesia de Santa María se puede visitar gratuitamente; en cambio, para ver los claustros hay que pagar entrada. Sin embargo, en hora punta no suelen visitarse juntos, ya que cada uno tiene su propia cola. No hay acceso directo (ni posibilidad de saltarse la cola) desde la zona de pago de los claustros a la iglesia, así que tendrás que volver a hacer cola si quieres ver las dos cosas. Además, para controlar el número de visitantes, el acceso a los claustros funciona con entradas programadas, que durante los meses de verano deberían reservarse con antelación (enlace más adelante en este artículo).
En realidad, la zona de los claustros por la que se paga no es muy grande: solo incluye los niveles superior e inferior, el refectorio y la Sala Capitular. El tiempo que se dedica a ver su interior, que suele ser de unos 45 minutos, puede ser tan largo como la espera para entrar.
Este artículo constituye una guía turística independiente del Mosteiro dos Jerónimos e incluye imágenes de su interior para ayudarte a decidir si visitar los claustros te compensa la cantidad de tiempo y dinero que conlleva.
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El Portal Sul (Portal sur): la excepcional entrada lateral de la iglesia de Santa María, que contiene figuras maravillosamente talladas y una estatua central de Enrique el Navegante, todo bajo la protección de un conjunto de pináculos. Sobre las puertas hay escenas de la vida de San Jerónimo, así como elementos manuelinos decorativos, que crean un espectáculo de excelencia histórica y arquitectónica.
Igreja de Santa María de Belém: la impresionante arquitectura de la iglesia de Santa María, con su único techo abovedado sostenido por delgadas columnas que resistieron el terremoto de 1755. Dentro de la iglesia hay unos altares exquisitos de los siglos XVI y XVII con relieves de estilo manuelino, así como las tumbas reales del rey Manuel I y el rey João III, y la de Vasco da Gama.
Los claustros: el mejor ejemplo de arquitectura manuelina, con sus grabados en piedra maravillosamente decorados, que son una combinación de símbolos religiosos e iconos reales que representaban el poder del Portugal del siglo XVI.
El precio de la entrada para adultos del Mosteiro dos Jerónimos es de 12 €. Los niños menores de 12 años pueden entrar gratuitamente, y los mayores de 65 años y los estudiantes pagan 6 €.
Entrar a la Igreja de Santa María es gratis, pero no hay acceso directo desde el claustro, por lo que tendrás que volver a hacer cola si quieres ver ambas cosas.
El Monasterio de los Jerónimos abre de martes a domingo des de las 09:30 a. m. a las 06:00 p. m., pudiéndose entrar hasta las 05:30 p. m., mientras que la iglesia está abierta de 10:30 a. m. a 06:00 p. m. Ten en cuenta que todo el complejo cierra los lunes, y que la iglesia tiene un horario restringido los domingos y los festivos religiosos importantes.
Información: no planifiques ninguna excursión a Belém en lunes, ya que muchos de los principales lugares de interés turístico estarán cerrados. No obstante, si no te interesa entrar a los monumentos, los lunes siempre estará todo más tranquilo al haber menos turistas.
La tumba de Luis Camões, que en 1572 escribió «Los lusiadas», considerada la obra más importante de la literatura portuguesa.
El Mosteiro dos Jerónimos es una de las atracciones turísticas más populares de Lisboa, y la cantidad de visitantes que se permiten está limitada por motivos de seguridad.
Se aconseja adquirir las entradas con antelación, las cuales tienen una franja horaria que se puede elegir (en función de la disponibilidad). El monasterio está gestionado por Patrimonio Cultural, una agencia gubernamental portuguesa, en cuya página web se pueden comprar las entradas:
https://bilheteira.patrimoniocultural.pt/pos/event/list
(Dentro de la página web, baja hasta el enlace del Monasterio de los Jerónimos para adquirir las entradas)
Aviso: estas entradas tienen una hora asignada, así que si llegas tarde quizá no te dejen pasar.
Incluso con entradas programadas, las colas para entrar pueden ser muy largas. Que no haya sombra lo empeora, ya que estarás completamente expuesto al intenso sol de verano, así que lleva siempre algo de agua contigo. Desafortunadamente, los tours en grupo grandes se pueden saltar la cola, lo que hace que la espera se haga todavía más larga.
No hay entradas para la Igreja de Santa María. Si quieres visitarla, simplemente ponte a la cola y espera. En temporada alta, esta cola puede ser tan larga como la del claustro, si bien tiende a reducirse a partir de las 04:00 p. m.
Siempre hay largas colas para entrar: esta es la cola para la iglesia un tranquilo miércoles de abril
Durante el siglo XV, el distrito de Belém era una pequeña ciudad conocida como Restelo, donde se encontraban los astilleros y muelles de Lisboa. En esta época, el estuario del Tajo era mucho más amplio y la playa llegaba hasta donde se erige actualmente el Mosteiro dos Jerónimos.
En un principio, donde está hoy el Monasterio de los Jerónimos había una pequeña ermita y una capilla. Era tradición, surgida a raíz de las profundas supersticiones de los marineros, pasar una noche en vela aquí antes de emprender el viaje. Así lo hizo también Vasco da Gama en 1496, antes de partir hacia la India.
El plan original para el monasterio cuando empezó a construirse en 1502 era edificar un complejo que acogiera 100 monjes. En 1518, el rey Manuel I modificó significativamente el propósito de la iglesia, concibiéndolo como el panteón real de la dinastía Avis. La tumba del rey, que murió en 1521, yace en el interior de la iglesia junto a la de su segunda esposa, María de Aragón.
La orden de los monjes Jeronimitas que vivían en el Mosteiro dos Jerónimos estaba consagrada a San Jerónimo, un erudito del siglo V célebre por la traducción que hizo de la Biblia al latín. El rey Manuel escogió esta orden relativamente desconocida para que se instalara en el monasterio porque a través de sus plegarias diarias le ofrecía protección espiritual para él y sus descendientes.
Los intricados y elegantes grabados del claustro superior
Los claustros solo se pueden visitar pagando la entrada. Esta zona de pago empieza en el claustro superior y el coro alto. Después se visita el piso inferior, donde se pueden ver la Sala Capitular y el refectorio. La fotografía siguiente muestra todas estas partes.
Información: hay muy poca información en los paneles del interior de los claustros, y es muy fácil deambular por ellos pasando por alto gran cantidad de detalles.
La sala de entrada conduce a un gran tramo de escaleras, que pasan frente a un cuadro del siglo XVII de San Jerónimo en una ermita del desierto de Siria.
La sala siguiente tiene muy poca importancia hoy en día, ya que fue la tienda de regalos en una distribución anterior del monasterio. En su origen, formó parte del corredor que conectaba los dormitorios del ala oeste con los claustros.
El ala oeste no se visita en el tour de los claustros, pero desde fuera se puede apreciar la enorme cantidad y el gran tamaño de los antiguos dormitorios.
Se accede al claustro por el lado suroeste del nivel superior.
Este es un sitio popular para hacerse fotos, pero las tallas más minuciosas están en el piso inferior.
Este claustro es uno de los más grandes de Portugal, y el patio central tiene 55 metros de ancho.
Los arcos ornamentados están rodeados por una mezcla de iconos religiosos, símbolos marítimos e imaginario real. El complejo en su conjunto fue construido como una afirmación del poder y el dominio de Portugal, además de ser proyectado por el rey Manuel como panteón real para él y sus descendientes.
En dirección sur por encima del claustro de la Igreja de Santa María y su torre abovedada.
El color dorado del claustro es de la piedra caliza «Lioz» extraída en Ajuda, justo al norte de Belém.
Después de disfrutar el nivel superior, descenderás estas simples escaleras para bajar al nivel inferior.
El claustro inferior tiene unos grabados y detalles mucho más extravagantes, ya que casi toda la superficie contiene elementos ornamentales. Hay numerosos adornos, entre los cuales viñas esculpidas, nudos marineros y hojas en las enroscadas columnas.
En la base de las escaleras se encuentra un tallado en piedra muy interesante, puesto que es el único donde aparece el escudo portugués en un ángulo torcido. Se hizo así de manera intencionada, ya que representa al rey Manuel, cuya armadura se puede observar encima, sosteniendo el escudo mientras monta a caballo.
En el lado sur hay 10 confesionarios, donde los monjes escuchaban las confesiones de la congregación (que estaba compuesta fundamentalmente de marineros). Los monjes entraban por el claustro y el arrepentido desde la iglesia, separándoles una gruesa reja metálica. Originalmente había 12, pero se eliminaron dos de ellas para añadir un altar a la iglesia.
La Sala Capitular contiene la tumba de Alexandre Herculano. Esta tumba, cuando se construyó en 1887, era mucho más elaborada, pero se suavizó el tono del estilo en 1940 para que no hubiera ninguna tumba más imponente que las de Vasco da Gama y Luis de Camões, ambas ubicadas en la iglesia.
En claro contraste con el resto de trabajados relieves está la tumba de Fernando Pessoa, el poeta portugués más famoso, que murió en 1935.
Fuera del refectorio hay una fuente donde los monjes se lavaban las manos antes de entrar al edificio. La estatua central de la fuente es un león, el símbolo heráldico de San Jerónimo, y uno de los pocos símbolos de la orden de los Jeronimitas que utilizaba el monasterio.
El refectorio tiene un estilo mucho más sencillo, con un techo abovedado y acanalado bajo. El refectorio fue construido por el segundo arquitecto del monasterio, João de Castilho, que lideró las obras entre 1517 y 1521, llevándose el mérito por gran parte de esta hermosa mampostería.
En 1781, las paredes del refectorio se recubrieron de murales de azulejos. El mejor es el que está en el centro de la sala, que representa la escena de la multiplicación de los panes y los peces de la biblia.
El lado este del claustro conduce de vuelta a la taquilla y pone punto final a las zonas que se pueden ver en la sección de pago del Mosteiro dos Jerónimos. Antes de salir, tómate un segundo para pasear por el nivel inferior y apreciar las imágenes talladas en los pilares de piedra. Es fácil no verlas al pasar por primera vez.
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